El camino que va a la ciudad

-El Nini bebe aguardiente -le dije.
Se encogió de hombros con indiferencia.
-Algo hay que hacer para no aburrirse -dijo.
-Sí, la gente se aburre. ¿Por qué nos aburrimos tanto? -pregunté.
-Porque la vida es estúpida -me dijo, apartando el plato-. ¿Qué se le va a hacer? Nos cansamos pronto de todo.
-Pero ¿por qué nos aburrimos siempre tanto? -le pregunté al Nini por la tarde, mientras volvíamos a casa.
-¿Quién se aburre? Yo no me aburro en absoluto -dijo, y se echó a reír cogiéndome del brazo-. Así que te aburres. ¿Y por qué? Si todo es fantástico.
-¿Qué es fantástico? -le pregunté.
-Todo -me dijo-, todo. todo lo que veo me gusta. Hace un rato me gustaba pasear por la ciudad, ahora camino por el campo y también me gusta.

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