Burguesía

Se ha ido con Aldo -dijo Pietro-. Hacían el amor desde hace un mes o dos. Me lo dijo Ombretta. Vino a decírmelo. También Ombretta se acostaba con Aldo. Por eso tenía la llave. Cuando llegó Domitilla le pregunté si era verdad que se acostaba con Aldo y dijo que sí, que era verdad. Desde hacía un mes, dos meses. No se acordaba. Para ella no tenía importancia, dijo. Pero estaba mal conmigo. Ya no sabía por qué se había casado conmigo, dijo. Le di una bofetada. Se quedó igual, tranquila, pálida, se puso las botas. Salió, después volvió. Me dijo que ella y Aldo iban al Circeo. Los padres de ella tienen una casa allí. Me preguntó si quería despedirme de Aldo. Pero yo no tenía ganas de despedirme de él. Tampoco de pegarle. Nada. Me senté aquí. He pasado la noche aquí. Oí trajinar en el piso de arriba. Después me dormí. Me parece raro que me durmiera, pero me dormí, caí en el sueño como se cae en un precipicio. Al despertarme oí el ruido de una moto en la calle. Era de madrugada. Los vi irse en la moto, ella con una mochila a la espalda. El perro no estaba. No sé qué han hecho con el perro.

1 comentario:

Allek dijo...

que tal..! pasaba a saludarte
y a invitarte a pasar por mi blog..
he subido un texto nuevo..
te dejo un fuerte abrazo!!!