El amante de la China del Norte

Mucho tiempo ella le mira. Luego le dice que alguna vez él tendrá que contarle a su mujer todo lo que ha ocurrido, entre tú y yo, dice, entre su marido y la china del colegio de Sadec. Todo, tendrá que contar, tanto la felicidad como el sufrimiento, tanto la desesperación como la alegría. Ella dice: Para que sea una y otra vez contado por la gente, quinquiera que sea, para que el conjunto de la historia no sea olvidado, que quede algo muy preciso, incluso los nombres de las personas, las calles, los nombres de los colegios, de los cines habría que decir, incluso los cantos de los boys por la noche en Lyautey e incluso los nombres de Hélène Langonelle y el de Thanh, el huérfano de la selva de Siam.
El chino había preguntado por qué a su mujer. ¿Por qué contarle a ella en lugar de a otras?
Ella había dicho: Porque ella, es gracias a su sufrimiento cómo entenderá la historia.
Él había preguntado aún:
-¿Y si no hay dolor?
-Entonces todo quedará olvidado.

1 comentario:

silvia zappia dijo...

leí tantas veces este libro, que podría decirlo de memoria.
y elegiste un fragmento particular.

besos*