Una noche (ésta, por ejemplo)

aplaco la cálida transparencia
de mi corazón, este corazón
que vierte rojo en las sábanas tibias

derramo la tinta en garabatos
azules, gélidos reflejos de mi
permanencia en el silencio vacuo

no viene la sombra a mis párpados,
ningún amarillo te alumbra
y callo, rota de lentitud

tiene que haber una x no resuelta
en el horizonte atezado
de restricción geométrica

el espejo ha perdido
los cristales, plata de luna fragmentada,
y callo, desbaratada en preguntas

hay noches que no entiendo
qué quiere decirme
tanta oscuridad

3 comentarios:

gloria dijo...

Cualquier noche... cualquier instante entre el silencio y la lentitud

Mil gracias, no sé qué decir.

Isabel Mercadé dijo...

A mí me gusta esa x entre las metáforas. Me gusta como la autora encuentra ese camino entre dos lenguajes.

Jenn Díaz dijo...

No tienes nada que decir, en poemas como éste queda todo dicho. Y si dices alma, que sea...
Gracias a ti, Gloria.

Ah, la autora, Bel. Y que tengamos la suerte de poderla conocer, de poder ver qué hay detrás de esa x, de todos sus lenguajes.