Carta del padre

La mar besándote los labios,
un temblor de eucaliptos, una hoja de menta
tal vez harán sonreír al tiempo
y escucharán preguntas y canciones,
cristales de voz niña,
y verás unos pies muy pequeños borrándose
sobre la arena de una tarde triste.
Tú no sabrás que vienen del verano
más feliz a buscarte. Nosotros no estaremos.
Hará ya mucho tiempo que no estaremos en tus sueños
ni en tu sufrimiento. Y te daremos lástima,
tan viejos, tan absurdos, siempre aún con los libros,
el tabaco y el vicio de tenernos muy cerca,
solos, en esta casa luminosa,
desafiando al invierno;
vivir te habrá robado nuestras vidas de ahora,
no nos recordarás
fuertes y jóvenes, amándote
con un amor, lo sé, que desearías
distinto y que habrá cambiado poco.
Pero el olvido es natural,
y las cosas sólo vuelven cuando quieren.
Que estos versos te ayuden a volver
a una casa feliz en los días peores.

2 comentarios:

Isabel Mercadé dijo...

Creía que había dejado un comentario aquí, porque me gustó tanto este poema...

Jenn Díaz dijo...

La verdad es que es un poema precioso, Bel. Ya lo puse en el muro: quién tuviera estos versos para volver en los días peores...