Una mujer difícil

Si él se moría un poco cada vez que su padre hablaba con desconocidos, ahora supo lo que significaba realmente morir: se había quedado sin aliento, no podía hablar.
-Creía que no ibas a verme nunca -le dijo la hermosa mujer.
Desde aquel instante, él no dejaría de verla jamás, la vería sin cesar en su mente, la vería cuando cerrase los ojos e intentara dormir. La mujer siempre estaría allí.

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