6.

Yo no olvido tu sangre, ni tu herida,
Ni todo lo que en odio te sofoca.
Mi voz te busca y la mirada toca
La tristeza patente y la escondida.

Tu cicatriz en la memoria ardida
Aún sangra triste y mi piedad invoca,
Y tu dolor fatal no desemboca:
Llanto en el pecho, piedra contenida.

Espina en cada flor, sangriento rito,
Colibrí degollado, inaccesible
Tumba sin cruz, ni nombre en ella escrito,

¿quién te dictó destino tan terrible:
abandonarte a la heredad del grito
y a este vano correr tras lo imposible?

No hay comentarios: